Voces ocultas.
El
ruido escuchado en alguna parte de la casa me quitó el sueño. Entrecerré los ojos quitándole importancia al
asunto. Estaba a punto de quedarme dormido cuando escuché muy claro la voz
abajo en la sala. Miré hacia la ventana: la luna esparcía su luz blanca por los
muros de la casa contigua. Entonces fue cuando vi la sombra deslizarse por la
superficie de ladrillo y oscurecer por completo el recuadro de la ventana. Las
tinieblas me envolvieron como una pesada manta. Fue entonces cuando volví a
escuchar la voz, pero esta vez cerca, tan cerca, que el tiempo no me alcanzó
para espantar el miedo que me cerraba por completo los ojos.
Microrrelato.
Nicolás Figue/Vocesdispersas.
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