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Mostrando entradas de septiembre 3, 2023

A DOS AÑOS YA DE LOS TALES ACONTECIMIENTOS

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  Viernes, 25 de junio de 2021. Esta madrugada cuando la alarma del celular se activó a las 03:01 lo primero que se me vino a la cabeza fue pensar en que debo iniciar la escritura de mis anotaciones personales a partir del 28 en que cumplo los 61 años. ¿Una especie de diario? Fue algo que me propuse el año anterior en que cumplí 60. Lo hago más que todo porque quiero dejar un registro pormenorizado de este último año. Una constancia de lo vivido. A lo único que aspiro es a llegar sano y salvo con tantas situaciones críticas y desfavorables que nos afectan hoy en día. El tema de la pandemia por un lado y el problema de la inseguridad por el otro. Es a lo más que le temo cuando salgo cada mañana de casa. Tener que encontrarme con uno o más asaltantes en la calle y que con o sin violencia me despojen de lo poco que llevo encima. Le ocurrió hace poco a mi compañero de trabajo Bárcenas. Venía a recibirme el turno, eran las 04:20 de la mañana.   Durante esos días se estaba transportando en

DOS

  DOS Éramos eso: dos tan seguros que no cabía duda. Al hablar, al sonreír, al caminar siempre tomados de la mano no dejábamos de ser dos y casi uno solo según la sombra que nos proyectaba en el ancho pavimento. ¿Y los sueños? ¿Qué determinaban los sueños cuando juntos nos perdíamos en la noche inmensa? ¿Éramos dos para descifrar sus misterios? ¿Nos buscábamos, nos hallábamos,  nos quedábamos de frente al silencio de las cosas sin nombre? Y qué eran, qué representaban esos símbolos mudos cubiertos de niebla: nada. Eran el vacío de las personas que se reflejan  en la gota de soledad cayendo y desparramándose tras la superficie de una ventana.  Nicolás Figue-Vocesdispersas/escrittore17.blogspot.com 5 de septiembre de 2023

A veces rezo para atemperar mi espíritu

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  ¡Qué bueno es saber que el tiempo ha sanado viejas heridas! Es algo que como humanos debemos reconocer y aceptar. La vida sigue en distintas perspectivas y funciones. Acá hay un dicho muy caleño que como filosofía popular funciona a la perfección: a la pasado, pisado. No quiero con esto decir que todo tiempo pasado fue mejor o peor; el tiempo en su momento se vivió y se disfrutó, siendo parte "del yo y mis circunstancias", sin temores ni arrepentimientos. Lo que tuve y me correspondió hacer, bien o mal, pero haciéndolo en la medida de lo que fui capaz de asumir, reconociendo en ese actuar cosas buenas, pero también fallidas o negativas es, son, mis consecuencias. Los errores, los equívocos a que nos vemos expuestos con o sin conocimiento de causa, invitan a la reflexión. Acerca de esas etapas de mi vida tengo mi propia versión. No quiero empeorarla o mejorarla dándole otros matices vindicatorios. Soy el que soy, el que me reconozco no sólo a distancia de un espejo, sino a c