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Mostrando entradas de febrero 13, 2022

La mamá de Tico.

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    Alguna vez, no recuerdo cómo ni por qué, me vi precisado a pasar largas tardes en casa de Robertico. Para todos era Tico, el apelativo le venía bien, era cortico, o sea bajito y pasadito de kilos. Me gustaba quedarme porque la mamá de Tico era una señora risueña, agradable, simpática, atenta, y dispuesta siempre al diálogo. La edad para compaginar era lo de menos. Ella me preguntaba cosas, yo le respondía siendo ingenioso en las respuestas, para impresionarla, y ya. Risas al final. Yo me quedaba en la sala, al lado del ventanal, para estar observando hacia afuera, hacía la calle. ¡Qué tanto miras!, me decía cuando aparecía con un vaso de leche y una galleta negra puestos en un plato. Yo me avergonzaba un poco tras ser sorprendido en algo que podría ser impertinente, pero me sobreponía de inmediato por la confianza que ella me demostraba. ¡No es nada importante señora, tengo curiosidad por estar al tanto de lo que pasa en la calle, no es por nada más! Entonces empezaba a preguntar