Entradas

Mostrando entradas de 2021

SEÑOR DE LAS SOMBRAS, II PARTE.

Imagen
  Terminadas las labores del día en el hotel, y habiéndome quedado en la recepción hasta el arribo del último cliente, subí a eso de las once y media de la noche a mi habitación, cerciorándome palmo a palmo del estado de puertas y ventanas. Afuera, en la azotea, vi ropa colgada en la cuerda. Por alguna razón mi cuñada la dejó ahí, o quizás se le olvidó meterla. Examiné la puerta enrejada que daba acceso a la terraza. Ya mi hermano le había puesto el candado. Yo manejaba una copia de esa llave. “Lo importante es que no llueva”, me dije dando la vuelta y entrando a la habitación. El calor era sofocante adentro.   Tomé como siempre un refrescante baño pensando que lo mejor sería echarme a dormir de una vez. ¡Al diablo la lectura! Me sentía cansado del trajín del día y de estar copulando a escondidas con la fogosa María Dafnis, la menuda mucama en quien encontré la fórmula perfecta para darle rienda a la exaltación de los sentidos. Llevaba trabajando con nosotros dos meses a lo sumo, era d

SEÑOR DE LAS SOMBRAS (I parte)

Imagen
  El edificio donde funcionaba el Amoblado, cuyo nombre escrito en una lámina metálica decía “El viajero”, queda en la carrera primera con cuarenta y seis, barrio Popular. La vieja edificación era de dos pisos con treinta habitaciones arriba, mientras que en el primero funcionaba el restaurante de doña Ofir, una paisa cincuentona cuyo rostro parecía sacado de un cuadro de Débora Arango.   Al amoblado llegaban todo tipo de personas con distintos afanes y necesidades, desde prófugos de la justicia, amantes clandestinos, músicos en estado de inopia, declamadores desesperados, poetas en trance de agonía, adivinos y vendedores de ilusiones, artistas de circo, políticos descastados, hasta inventores del elíxir de la eterna juventud. Generalmente las habitaciones permanecían ocupadas con todos los clientes que llegaban a diario, provistos unos de equipaje, otros sólo con la ropa que llevaban puesta. Algunos preferían matar el tiempo haciendo tertulia en la estrecha salita en medio de jugos he

DIALOGO OTOÑAL ENTRE DOS HERMANOS

Imagen
  - No me sorprende. Es la misma respuesta que hubiéramos dado en El Lopa, de haberlo preguntado alguien. ¿Te acordás de Ruby, la impetuosa hija de Esaín Castro? Nos habíamos puesto a jugar a las escondidas. Como todas las noches en que no había nada más que hacer en el pueblo. Se aproximaban las Ferias y Fiestas. En la plaza principal se construían las casetas de baile y el "monumental ruedo de cañaveralejo" como le decían a los palcos construidos con guadua para las faenas taurinas. No eran toros sino vacas bravas las que se lidiaban en aquel espectáculo "con cartel de lujo". El escenario, mientras tanto, era perfecto para darle rienda suelta a nuestros juegos infantiles. Todo un laberinto en medio de la oscuridad esperándonos. Muy atentos a que la Ruby propusiera el juego de esa noche. ¡A las escondidas!, dijo, y todos nos pusimos en guardia. Ella contó hasta diez. Salimos corriendo a cual más veloz en busca del escondite perfecto. Me refugié debajo de una tarima

Feliz cumpleaños Papá.

Imagen
Una de las imágenes que más me acompañan de mi padre se remonta a nuestros años de niñez. Debía tener yo seis o siete años. Vivíamos por aquel entonces en un pueblecito en Nariño, llamado también Nariño, a escasa media hora de Pasto. Una tarde nos propuso papá que saliéramos a caminar junto con mis otros hermanos, que debían tener cinco y tres años respectivamente. La idea de salir a caminar con papá nos llenó de entusiasmo, estar con él significaba compartir de cerca con nuestro ídolo, ya que aparte de ser nuestro padre veíamos en él a una figura grandiosa contra la que veíamos imposible que nada adverso tendría el poder de ponerlo a tambalear. Al lado suyo nos sentíamos más seguros que nunca y hasta deseábamos que en el camino nos saliera una bestia feroz, un monstruo si era preciso, para que papá con su fuerza y sus puños lo pusiera fuera de combate. Tal eran los poderes que le atribuímos a papá cuando lo observábamos atento, con la frente levantada, en actitud desafiante, mirando a

Disquiciones de un hombre sexagenario

Imagen
   Octubre 17/21.- Terminé mi jornada de trasnocho con lluvia de por medio. Al llegar a casa me preparé unos huevos revueltos con un trozo de pan guardado en mi morral. Sin café. Tomé café toda la noche. Ya a punto de acostarme agradecí al cielo ese caer infinito de la lluvia sobre el tejado de eternit. Grato y reparador sonido siendo una hora tan temprana del día. Domingo para más señas. Lo siento por la numerosa población que se moviliza con rumbo a sus trabajos. Ya el próximo domingo haré lo que hacen ellos ahora, los madrugadores. Es increíble lo que cuatro horas de sueño obran en el organismo humano. Incluso cuando abrí los ojos, pasado el mediodía, ví el entorno del cuarto con una claridad renovada, inusitada. Si al menos fuera así todo el tiempo, pudiendo prescindir de las gafas para mí propio bienestar y comodidad! Pero la sensación no dura nada, es momentánea, eso también he podido comprobarlo. No pasa mucho tiempo para darme cuenta que una opacidad melancólica me obliga a bus

Macondiano

Imagen
 El realismo mágico, creado por la prodigiosa mente de Gabriel García Márquez, está más vigente que nunca. Da la casualidad que llega un mensaje del cielo, un anuncio de nuestro Creador Supremo: "He dispuesto que mi Hijo amado descienda a la Tierra para que ponga fin a las contiendas humanas, las mismas que durante años  la azotan, la hieren, la destruyen, y la sumen en amargura.  Mi único hijo Jesucristo descenderá para llevar paz y restauración a las naciones, tal y como está prometido en mi palabra de vida". La perplejidad y el escepticismo se apoderará inevitablemente del corazón de los colombianos. No de todos, pero sí de los más sectarios e intransigentes. Surgirán como por arte de magia dos bandos, los del SI y los del NO, como se acostumbra en estos casos, con un máximo promotor de por medio. Como primer punto se pondrá en duda la autenticidad del mensaje celestial partiendo de la base que en su tiempo Jesús fue un revoltoso que puso a tambalear al imperio romano. Su

Sólo una cosa sé.

  --- --- --- --- --- ---  Sólo una cosa sé y es que el amor existe. Pero el placer de la carne es el amor más sagrado que existe entre un hombre y una mujer. Sin tener en cuenta nexos ni vínculos. Es la fuerza más poderosa para derribar tabúes y prejuicios. ¡Qué representa eso ante un placer verdadero! ¡Nada, ni siquiera un leve arrepentimiento! Lo que se obtiene de ese placer experimentado por gracia de lo prohibido, es lo que vale y pone a vibrar los sentidos. Ninguna sensación debe compararse a esto.  Lo dijo el vate Rubén Darío y a su sentencia me atengo: “Cuando el hombre ama de veras, su pasión lo penetra todo y es capaz de traspasar la tierra”. Si no hacemos lo que sentimos cuando lo sentimos, ¿para qué vivimos? No hay que escandalizarse ante el llamado del deseo. El momento tiene que ser único. Fuera vergüenzas, fuera reproches: hay que olvidarse del mundo para meterse de lleno al mundo de los sentidos. De las deliciosas sensaciones. ¿Te imaginas yo mirándote a los ojos y sin

Sentencia

  Dar el primer paso  arriegarse  no quedarse quieto inerme  ante el reto provocador  lanzado con sorna por quien menos imaginas  no estás entendiendo nada has perdido mucho tiempo  pensando lo que no debes lo que ni siquiera conoces lo que te cuesta asumir eres una dócil criatura frágil y asustadiza  te costará crecer mucho se quedará en el camino  será mejor un cambio de piel un rompimiento de tinieblas  un nuevo arribo de luz las voces antiguas te aturden siembran confusión  permites que los muertos sigan hablando  su lenguaje es incisivo  decadente  la gloria ya no les pertenece  sólo ruinas construyeron a su paso  no tienes de qué envanecerte  y mucho de qué avergonzarte no te pongas a prueba contigo mismo  la disputa por el honor  no condujo a nada sólo a fomentar el desencanto  por las causas perdidas despierta de ese sueño que te están buscando. Nicolás Figue/Vocesdispersas.

Amor deseado

Imagen
    Mi cielo, siempre ser á s la historia m á s bonita de cuanto mi locura ha llegado a imaginar. Y aunque no lo sepas, aunque tenga que llevar oculto este sentimiento en contra de mi voluntad, seguir é firme, pensando en ti, en todo ese amor que no ha hecho más que acrecentar el sueño de llegar a tenerte por fin entre mis brazos. No daré marcha atrás. Y así pasen los días, esperaré con el corazón abierto al menor signo que delate tu presencia en mi vida. No te voy a cambiar, porque si hay cosas hermosas qu é descubrir y compartir, lo haremos juntos, mi bien, sin sentirnos culpables o avergonzados de ser parte de una historia inentendible para los demás. No hay prisa. Esperar é por ti el tiempo que sea necesario. No me voy a cansar de esperarte, porque si te eleg í a ti, es porque todo lo quiero contigo. Dar í a lo que fuera en estos momentos por abrazarte, por besar esos labios que quiz á s nunca pronuncien mi nombre con la fruición con que yo quiero. Me espanta que quieras re

La habitación No. 12

Imagen
    No es ningún cuento, yo me la llevé a la pieza número 12, y tenía marido. Un jefe temido, me dijo, de una bandola en Mojica. Pero ella estaba decepcionada del tipo, le hizo un hijo, y la dejó que se encargara ella sola de su crianza sin darle un peso. Pero tienes otro hijo, le dije. Supongo que el   papá debe estar haciéndose cargo de él, como corresponde. No, respondió ella. Mi hijo, el primero, tiene cuatro años, lo tuve cuando tenía catorce años. El papá valía la pena. Son de esos hombres que uno conoce un día cualquiera, por pura casualidad, sin saber nada de su vida. Simplemente te encuentras con alguien diferente y te sorprendes. Me impactó su forma de ser. Su carácter. También su porte. Era futbolista. Entrenaba en una escuela de fútbol de un equipo importante. Quería llegar a ser profesional y viajar al exterior. Soñaba con ponerse la camiseta del Real Madrid. Era bueno. Yo lo vi jugar en un torneo local. Tenía mucha técnica con el balón. Le hablaron de llevarlo a prueb

No se lo digo a nadie

Imagen
  De las cosas que recuerdo, que me han marcado a nivel emocional, ésta es la que todavía me produce   una morbidez fuera de lo común. Debía tener yo 12 años. Vivíamos en El Lopa, allá en el Cauca. Mi papá era Inspector de Policía de ese lugar. Nuestro amigo más cercano y con el que más compartíamos el tiempo era Rubén Darío Pulgarín. Tenía él dos hermanas menores, Maria Eugenia, de 12 años, cabello lacio, muy negro, tez trigueña, y Stella María, de 9 años, cabellos rizados, rubia total. Eran huérfanas de padre. Siendo agente de policía fue emboscado y muerto por un grupo insurgente que operaba en la región. De eso hacían ya cinco años, decía la viuda, poniendo cara de tristeza y alborozo a la vez. El recuerdo que les quedaba a los huérfanos era leve. Insustancial. La madre, de nombre Lusitania Benítez, siguió atendiendo el granero desde la primera hora del día hasta la última de la noche, única fuente de ingresos para el sustento de la familia. Los sábados y domingos el granero se con