DIALOGO OTOÑAL ENTRE DOS HERMANOS


 



- No me sorprende. Es la misma respuesta que hubiéramos dado en El Lopa, de haberlo preguntado alguien. ¿Te acordás de Ruby, la impetuosa hija de Esaín Castro? Nos habíamos puesto a jugar a las escondidas. Como todas las noches en que no había nada más que hacer en el pueblo. Se aproximaban las Ferias y Fiestas. En la plaza principal se construían las casetas de baile y el "monumental ruedo de cañaveralejo" como le decían a los palcos construidos con guadua para las faenas taurinas. No eran toros sino vacas bravas las que se lidiaban en aquel espectáculo "con cartel de lujo". El escenario, mientras tanto, era perfecto para darle rienda suelta a nuestros juegos infantiles. Todo un laberinto en medio de la oscuridad esperándonos. Muy atentos a que la Ruby propusiera el juego de esa noche. ¡A las escondidas!, dijo, y todos nos pusimos en guardia. Ella contó hasta diez. Salimos corriendo a cual más veloz en busca del escondite perfecto. Me refugié debajo de una tarima hecha de guaduas verdes recién cortadas. Nunca iba a descubrirme allí. Me encogí lo más que pude. Como un pequeño caracol. Casi ni respiraba. Cuando más seguro estaba de no ser descubierto, la voz de Ruby rasgó con punta de diamante la oscuridad. Calla, me dijo, lo único que quiero es culiar. Yo era un niño educado. Decente e incapaz de propiciar un escándalo público sólo porque a la muchachita se le ocurrió que debía prestarme para eso. Nunca acostumbrado por demás a comportamientos de baja reputación . La forma como me lo dijo no era la apropiada. Se reveló  como una chica vulgar. Salí corriendo de allí.

- Si me acuerdo. Qué desperdicio. 

-  Ahora es cuando me arrepiento de no proceder correctamente esa vez. 

- Si, claro. No se vuelve a ver eso. 

Demasiado buenos e inocentes. Todo lo queríamos por las vías correctas. Incapaces de lastimar a nadie. De haber sido como eran los demás, no quedaba títere con cabeza en ese pueblo. 

- Éramos unos cerdos cabezones.

- Tuve a mi haber una lista de tentaciones irresistibles empezando por la gorda Isabel, la circunspecta Milena, la escultural Lesbia, la portentosa Denis , y una hermana del Justo, que por tiempos trabajaba en la casa de doña Neuvelly. Andaba siempre de chorsitos elásticos bastante ceñidos lo cual dejaba ver su parte íntima muy abultada. Visibles sus formas a través de la tela. No éramos muy amigos que se diga. La chica era muy esquiva. Pero bastaban las miradas para saber lo que sentíamos. Me hizo llegar un recado escrito en  hoja de cuaderno. Pedía que nos viéramos en algún sitio discreto. Me recalcaba que yo le gustaba demasiado. Sin demora le hice llegar mi respuesta. Escrita inconfundiblemente con mano temblorosa. Las pajas dejan huella. Concertamos la cita cerca de su casa, subiendo la loma. Sin que nadie te vea. Ahí por las matas de cabuya. Llegué puntual. Era mi oportunidad con ella y podía pasar de todo los dos solos en medio del matorral.   Fue muy poco lo que hablamos. La ansiedad nos consumía por dentro. Alcancé a tumbarla en el pasto. Con sólo mirar el brillo chispeante  de sus ojos deduje que estaba de acuerdo. Olía muy bien. Se perfumó exclusivamente para esa ocasión, decisiva en la vida de ambos. Y cuando todo parecía conducirnos al momento crucial de los cuerpos en trance de pasión, un trueno seco y estremecedor partió en dos el cielo. Lo que siguió enseguida fue un torrencial aguacero. Ella lo único que hizo fue subirse el calzón y coger en pura carrera en dirección a su casa. No valieron palabras para afrontar el chaparrón como hacen los enamorados valientes.

-  Tras que la timidez y la cobardía nos golpearan, el mal tiempo también.

-  Ambas cosas. Y el miedo fue el factor más determinante. Miedo a caer bajo y ser regañados y castigados por nuestros padres. En casa las buenas costumbres imperaron para ser gente de bien. Evitando que nos corrompiéramos muy temprano. El diablo es puerco, nos decían.

-  ¿Miedo a ellos o al sexo más bien? 

- Ya ni sé qué pensar ahora. Aquello fue traumático. Y no hubo forma de resolverlo. 

 

Nicolás Figue/Vocesdispersas-Noviembre 1 de 2021


Comentarios

  1. Tienes muchas historias para contar. Buen relato.

    ResponderEliminar
  2. Excelente historia como todo lo que usted escribe. Mil felicitaciones

    ResponderEliminar
  3. Gracias por sus comentarios, me motivan a seguir firme en el camino ya trazado de la escritura, y haciendo de ella mi mejor aliada en el proceso creativo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Algún día leerá estas páginas

Rumba en la Luna

Es domingo.