Para no olvidar: En recuerdo del amigo Desiderio Laguna.





Un buen amigo mio, fallecido trágicamente en la fábrica mientras realizaba labores como operario, me hizo la siguiente pregunta: "¿Para usted, amigo Figueroa, qué es escribir?"
La pregunta, hecha a una hora inusual (empezaba a madrugar, ambos estábamos de turno, él en la fábrica, yo como guarda de seguridad en mi portería) me dejó por un momento entre el asombro y la perplejidad, nunca pensé que podría interesarle el tema, mi dedicación por la escritura nocturna. Vamos a ver, amigo Desiderio: Escribir, para mí, es el acto de afirmación más importante después de levantarme por las mañanas y ponerme a andar. Desde muy niño descubrí que mediante la palabra escrita se podía capturar una realidad y modificarla con el arte del recurso literario. Así empecé escribiendo historias sencillas que giraban en torno al ambiente familiar, en primer plano, permitiéndome, desde la óptica de mis pocos años, entender un poco la realidad que me correspondía en esos momentos. Cuando mi madre me depositó en el salón de clases de una escuela oficial, y la profesora me preguntó sobre aquello que más me gustaba hacer, sin pensármelo mucho le dije "Escribir". Pues bien, me dijo ella, colocando una mano tibia y suave en mi recién peinada cabeza, en muy poco tiempo vas a hacerlo con los métodos y las reglas que exige la gramática. Ella me nombró una palabra difícil, "gramática", sin tener yo la más remota idea de lo que esa palabra significaba. Pero mi orgullo de niño era grande y estuve a punto de explicarle "que ya sabía escribir" Mas tarde caí en la cuenta que no sólo bastaba con escribir como lo van dictando los pensamientos sino con saber escribir para que a uno lo puedan entender mejor. Nunca he podido sentarme tranquilo a escribir como ha sido mi propósito. La vida me encamina los pasos por senderos distintos donde el cumplimiento del deber es lo primero. Gracias a los muchos trabajos que he tenido que desempeñar para ganarme la vida honradamente lo de la escritura se ha ido aplazando hasta un "quizás un día de estos", factible si no dejo morir las ganas y el sueño de hacerlo aún me mantiene. Si, quizás no he sido todo lo ambicioso y perseverante en torno a la escritura, quizás me faltó más ímpetu, la decisión de sobreponerme a la adversidad sea cual fueren los resultados. Yo si hubiera querido vivir leyendo y escribiendo, pero como escritor no tengo nada que me respalde, tengo que seguir trabajando para no morir de hambre junto a mi familia. (He mencionado a Desiderio Laguna, a casi cinco años ya de su fatídica muerte, como un reconocimiento a su amistad y perfecta comprensión del tema intelectual en una época en que la lectura, al decir de Bufalino, obraba como pecado, indiscreción, usurpación, espionaje. "El lector como ladrón y suplente de vida")

Ricardo Figueroa-escribidore17.blogspot-la máquina de escribir

Comentarios

Entradas populares de este blog

Algún día leerá estas páginas

Rumba en la Luna

Es domingo.