Cortada de orejas





Estaba muy pequeña mi hija todavía cuando me hizo la siguiente pregunta: "Papa, qué pasaría si te corto una oreja" Aquella pregunta, hecha por un ser tan tierno e inocente me sumió en confusión; mi bella retoña hablando de mocharme una oreja cual diestra de plaza taurina con espada y capa en la mano. "Bueno, le dije, si me cortas una oreja me quedo sordo". Hasta ahí la respuesta pareció satisfacerla un poco, pero como los niños, en este caso una niña, no se dan por vencidos, arremetió de nuevo, esta vez implacable: "¿Y si te corto la otra oreja? ¿Que pasaría si te corto la otra oreja?" Como me di cuenta que su astucia rayaba en cinismo le contesté: "Hija mia, si me cortas la otra oreja quedo ciego" Visiblemente extrañada la niña me encaró: "¿Ciego? ¿Y por qué tienes que quedarte ciego, pa? Le dije: "¡Porque si me cortas las dos orejas como me estás diciendo no tendría yo de dónde sostener los anteojos después!"

Ricardo Figueroa-escribidore17.blogspot.como-la máquina de escribir


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