Mensajes


Recorrer la ciudad desde un bus intermunicipal, viajar en silencio a pesar de las conversaciones hilarantes de los pasajeros, sus quejas, sus abruptas exclamaciones al acordarse de algo, el  barullo percibido a través de la ventanilla en el asiento donde voy, la ciudad en pleno apogeo, sus progresos y miserias. La ciudad sale de su letargo nocturno, se despierta, seduce, atrapa. En mi celular llevo textos, libros que leo apenas la ocasión me lo permite. Imposible sustraerse al influjo de Kavafis. Especialmente por su poema, La ciudad. Busco, encuentro: 

Dices: “Iré a otra tierra, hacia otro mar,
y una ciudad mejor con certeza hallaré.
Pues cada esfuerzo mío está aquí condenado,
y muere mi corazón
lo mismo que mis pensamientos en esta desolada languidez.
Donde vuelvo los ojos solo veo
las oscuras ruinas de mi vida
y los muchos años que aquí pasé o destruí”.

No hallarás otra tierra ni otro mar.
La ciudad irá en ti siempre. Volverás
a las mismas calles. Y en los mismos suburbios llegará tu vejez;
en la misma casa encanecerás.
Pues la ciudad es siempre la misma. Otra no busques -no la hay-
ni caminos ni barco para ti.
La vida que aquí perdiste
la has destruido en toda la tierra.

Su lectura me reafirma en mi condición de soñador y lector desahuciado. Construyo paralelos a medida que vivo y observo. Es, mediante la  palabra, escrita que sostengo mi propia  ansia de vivir. De no claudicar ni naufragar en mis intentos de ir más allá de donde me lo permiten mis pasos. La búsqueda se hace incesante. Y por supuesto, necesaria. Prohibido detenerse. A menos que sea para ver una puesta de sol. O la sombra fugaz de un gato mitológico cruzando una calle desierta. O las letras puestas apresuradamente en un muro que incluyen misterios, sustancias y raíces que nos transportan a tiempos ignotos: "Estamos hechos de danzas, de sueños y cantos de nuestros ancestros. Por nuestra sangre corre la magia de miles de historias". Alguien que sabía muy bien su significado las extrajo de un texto, de un libro, de un poema, para testimoniar la era de un tiempo que pocos comprenden en su intrincada dimensión.  Lo que somos, lo que constituimos y representamos en esta vida son voces, son presencias, son rasgos, son huellas y señales que seguimos de los seres que nos antecedieron. Lo que voy descubriendo a mi paso por las calles es un collage de gentes y sucesos anónimos buscando desde las desigualdades e injusticias, su propia redención. Miro el reloj. Veinte minutos para las nueve. Ya voy llegando al sitio de mi  destino. La señora que venía a mi lado se agita en su asiento. Le hace una pregunta al ayudante del bus que yo no alcanzo a escuchar bien. Creo que mencionó a Piendamó. Antes o después, le responde el muchacho. Después, yo le digo cuando estemos próximos a llegar. Veo en la distancia la bomba de Terpel. Me incorporo con la seguridad del pasajero que ha llegado al sitio donde lo esperan. Los recuerdos y las nostalgias invaden mi mente. Si, inevitable pensar que hasta hace cuatro meses llegamos a casa y encontramos a papá. Era domingo 3 de julio. Lo que nunca imaginamos siquiera fue que al día siguiente, lunes 4, a las 11:37 de la noche, la sonrisa amable y amorosa de papá se fue borrando con la sombra de la muerte.  Hoy, me dice Alba, antes de salir a trabajar, que soñó con papá. Estoy seguro que todos lo hemos estado soñando, que nuestra conexión con su ser espiritual es constante y permanente. Nos sigue acompañando el viejo por medio de estados sensoriales que percibimos claramente. Pero el sueño de Alba tiene una connotación especial, me dice que escuchó sonar el teléfono y que, al contestar, escuchó la voz nítida de papá, tal y como solía hacer en su mejor momento de vitalidad, recurriendo a sus mejores expresiones, cálido y afectuoso como fue él, para decirle que estaba con su hermano Arquimedes, junto a un árbol, hablando  animadamente. Las palabras de papá conservaban el acento y la forma de expresarse que, por lo común, solía hacer cuando se dirigía a ella o a cualquiera de nosotros. Dice Alba que quedó tan impresionada por la autenticidad del sueño que fue como recuperar de nuevo a papá, tenerlo cerca, y disfrutar vivamente de su compañía. Las últimas palabras que escuchó de él fueron "ya regreso mija, voy con Arquimedes a darme una vuelta" Ese sueño, me dice ella, es casi como una revelación. Que por eso llamó a Fernando y se lo contó. Lo que dijo Fernando, me cuenta ella, fue "¿será que le está llegando la hora a Arquimedes? Bueno, no sabemos, eso sólo lo sabe Dios. Lo extraño es que haya transcurrido el sueño dentro de un realismo tan evidente, que a Alba la dejó muy pensativa, llena de inquietudes, lo cual es absolutamente comprensible en la forma como se desarrolló. Ayer fue el día de los difuntos. Hay comunicaciones que se sostienen por medio de los sueños. Con papá no hemos perdido ese contacto. Su presencia sigue siendo latente en nuestras  vidas. "Si, fue un sueño realmente hermoso, papá estaba vivo, me contestó el teléfono,  hablé con él, me dijo mija cómo le parece estoy con Arquímedes, acá está conmigo, hemos hablado mucho y recordado el pasado, nos hemos reído mucho, ahora mismo salgo con él a darnos una vuelta por acá, ya vengo .... Mi emoción fue tal que di gracias a Dios por volver a escuchar a papá. Por eso mi mensaje, quédate en mis sueños, me da felicidad abrazarte, verte sonreír, me quisiste con tanta fuerza y bondad que tú amor queda grabado en mi corazón .Mi hermoso padre. Pues la otra vez tuve otro sueño donde yo estaba sola, arriba en la pieza, durmiendo, Estaba haciendo mucho calor, prendí el ventilador, hice la oración, y me dormí. En mis sueño me decía mija, apague el ventilador, eso le hace daño. Yo le dije más tarde lo hago, papá. Emilio y Claudia están abajo, todavía no me voy a dormir. Él me dijo humm, pues bueno mija. El sueño me cogió. Quedé profundamente dormida. Me desperté cuando quise cambiarme de lado en mi cama, y el ventilador estaba apagado. La reacción fue de sorpresa. Lo primero que pensé fue papá. Él lo hizo. Vino a apagarme el ventilador. Me incorporé en la cama para orar. En medio de la oración le dije papá gracias por cuidarme, sabes que   te amo, y quiero que dónde te encuentres estés  tranquilo, todos estamos bien, descansa tranquilo papito, y me volví a dormir .Estos sueños para mí han sido una comunicación directa con mi padre, y sé desde el fondo de mi corazón que está feliz allí donde Dios lo tiene. También sé que cuida mucho de mamá". Lo más sorprendente de todo es que mi hermano Emilio se comunicó con mi hermana Alba para decirle que soñó a papá, y que en el sueño él le pidió que lo comunicara con ella. Fue la misma llamada que en el sueño recibió mi hermana. ¿A la misma hora? Queda el interrogante. Y la asombrosa coincidencia.

3 de noviembre de 2022, jueves. Ciudadela Bonanza, Jamundí.



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