DESTRUCCIÓN


Yo, yo también siento la fuerza del Maligno girar en torno mío como un espinoso remolino, como un soplo insistente que busca aferrarse y encenderme la piel... Tengo algunos asuntos en la cabeza, el corazón me palpita, las ansias me oprimen y consumen. "Buenos días, te conocí leyendo un libro..." A modo de pretexto. De inexcusable devoción. Tal vez pudimos ser buenos amigos. Olvídalo. Es hora de acabar ya con el manido cuento de hadas. Pero el soplo infernal crece, me envuelve en llamas. Semejo una antorcha, soy ahora una antorcha iluminando mi propia oscuridad. Ayer, ¿ahora? No, fue el año pasado. Corrijo: hace tanto tiempo ya que me cuesta recordarlo. No importa el tiempo. Esa vez pasaba caminando, llegué a tu casa, pregunté si aún eras mi amiga. Nadie respondió. Supongo que es la muerte anticipada. O tal vez el destino. Resulta difícil establecerse. Y demasiado fácil evadirse. Ser la sombra de un cuerpo nunca revelado, nunca palpado, eternamente aprisionado en la eternidad de la angustia.

Ricardo Figueroa-La Máquina de Escribir.

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