Esther se siente nostálgica. "No es una, son muchas nostalgias", escribió. Le respondí: Ocurre, a veces las nostalgias llegan, empañan un poquito el vidrio del alma, pero a tiempo se puede pasar la mano, quitar las sombras de la superficie, ver que detrás la vida sigue, que el árbol siempre es el árbol, y en cada hoja se escribe la historia de los días.

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