ANDRÉS CAICEDO: 72 años (1951-2023)

"Mi máquina de escribir está dañada, se la presté a una pelada que quería dizque aprender para ver si conseguía un puesto de mecanógrafa, y me la desniveló toda, las minúsculas no pintan, tuve que mandarla a arreglar, tuve que estar una semana decidiéndome salir y mandarla a arreglar, hoy la mandé a arreglar y me la entregan dentro de una semana, estoy en la olla" Eso le dijo Andrés a su amigo Luis Ospina en una carta fechada el 5 de noviembre de 1971. De eso ya hacen sus buenos 52 años y no es necesario que nos diga después que la máquina se la dejaron como nueva porque el hombrecito no paró de escribir hasta el día 4 de marzo de 1977. La carta a su novia Patricia, y otra al crítico de cine peruano Miguel Marías, fueron las últimas y definitivas en su intenso trasegar epistolario, muy aparte de su copiosa obra literaria, crítica de cine y teatro. Hoy, como dice Rosario, su hermana dilecta, estaría cumpliendo 72 años, y también me atrevo a decir que mientras Andrés escribió y escribió sin descanso, todos los días y todas las noches de su vida, incluyendo domingos, esos domingos que detestaba porque le causaban aburrimiento y una infinita tristeza, de alguna manera se imaginó que estaba construyendo en silencio su inmortalidad. Nadie le quita lo bailado, él, que fue un pésimo bailarín, y que siendo consciente de esto afirmó que ya que los poetas no bailan, al menos que escriban, que produzcan. El resultado son todos estos libros publicados cuando ya el escritor se había marchado de esta vida con los acordes del Guaguancó triste del Richie de su alma, "triste su canto, sabor a llanto y a soledad" La muerte resulta pequeña cuando quiere oscurecer y sumir en el olvido la brillantez de un genio. Andrés Caicedo no ha muerto, ¡Andrés Caicedo Vive! ¡Qué viva la música!...

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