Poema urgente a un viejo retrato
En
un día cualquiera, revisando viejos documentos,
las
sorpresas nos asaltan, nos llevan derechito
a
los años dejados atrás. El hallazgo, además de asombrarnos,
nos
conmueve un poco, nos desvía la mirada
a
un espejo inexistente, fraccionado por gestos,
por
voces congeladas
en
el rigor del instante. La vida desplegando su cola
de
pavo real, hechizando con luces y colores,
deslumbrando
desde vértices imposibles,
como
una luna incrustada en un caleidoscopio.
Los
recuerdos parecen tejer una fina tela de araña
en
mi sistema nervioso. Hoy es miércoles
¿pero
de qué año? Mi mente expandida
hacia
todos los calendarios puestos y gastados
en
una derruida pared: el horror arquea la espalda
como
una rubia triste de cabaret.
Viejos,
gastados retratos, signos congruentes
de
una juventud gozosa e incongruente.
Con
la mano puesta en el pecho te saludo viejo muchacho,
la
vida ha sido dura para ambos
pero
nunca traicionera ni agresiva como el áspid
a
quien por error o por descuido se le pisa la cola.
Nicolás Figuer/Vocesdispersas, 17 agosto de 2022.
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