Encuesta 26 de marzo 2018 Elecciones presidenciales en Colombia.

Siguen los encuestadores profesionales haciéndonos creer disparadas y favoritismos inusitados del candidato Duque. El promedio que presentan es un Duque con el 45.9%, un Petro con 26.7%, un Fajardo con 10.7% (quizás el más castigado) y un Vargas Lleras casi sin posibilidades electorales con un 6.3% en la intención de voto de los colombianos consultados. La encuesta es de Caracol-Invamer, tan discutible en su veracidad como todo lo que proviene en favor de la derecha intransigente de este país. El desconocimiento de los candidatos sigue siendo el punto más frágil para encumbrar a unos y descolgar a otros. Yo fui jurado de votación el pasado 11 de marzo y una de las cosas que me llamó poderosamente la atención fue el amplio margen de personas mayores acudiendo a las urnas. La juventud brilló por su ausencia. Ese potencial electoral, muy importante para determinar un resultado, sigue durmiendo el sueño de los justos. De entre los casos que atendimos en la mesa pude darme cuenta de unos muy concretos y especiales, como el de ciertas personas mayores de cincuenta años que llegaban a la mesa con una arrogancia y una displicencia salpicada de sectarismo a exigir de entrada "el tarjetón de Uribe" directamente, sin siquiera mencionar que quien se jugaba el pellejo en la consulta era su protegido el novato Duque. La gente no quiere atender razones que no provengan de Uribe. Su influencia todopoderosa los tiene matados,. Por no decir arrodillados. Me preguntaba con los demás compañeros de la mesa, muy en bajo porque un jurado debe ser discreto e imparcial, qué pasa con la juventud, porqué esa apatía, esa indiferencia hacia un evento electoral en el cual su participación le daría un vuelco a ese panorama que estábamos viendo, carente de una verdadera posibilidad de cambio. ¿Será que temen encontrarse con un futuro distinto al que nos acostumbraron y sometieron las anquilosadas castas políticas corruptas de este país? Petro no necesitaría de ninguna alianza para fortalecer sus aspiraciones presidenciales si la juventud se pellizca y si el resto de colombianos caídos en el ostracismo de la indiferencia toman conciencia del problema que significa seguir con los mismos. Siendo así el abstencionismo sería derrotado y las encuestas pasando de mentirosas a fraudulentas como siempre ha ocurrido.

Ricardo Figueroa/La Máquina de Escribir.

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