Entradas

Mostrando entradas de 2019

LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD

El reloj marcó las once y cuarenta de la noche. Miré a Ángela. Ella echó su largo cabello rubio a un lado del cuerpo. Saqué el cuaderno y escribí: son las nueve y cuarenta, ella sabe lo que tiene que hacer, lo prometió, no debe resistirse ahora. Cerré el cuaderno esperando una respuesta. Está bien, dijo, no tengo opción, le dí mi palabra, soy yo la que tiene que asumir las consecuencias, usted no tiene la culpa, es más: fui yo quien le busqué, quien le insinué, quien empezó todo. Y quitándose una a una las prendas de su vestido quedó completa y absolutamente desnuda. Ángela, le dije, debes ser muy consciente de lo que haces. Dentro de seis horas saldrás de aquí y te reunirás con tu marido. Él no tiene la menor idea de tus planes. Confía en ti. Te cree una santa, no una desvergonzada. Tu trabajo en este restaurante no debe ser un pretexto para ocultar las ansias permanentes de sexo que te consumen. Eres una ninfómana con carita y sonrisa de ángel. No en vano te llamas Ángela. ¿Es q

EL JUEGO DE LAS SIMPLICIDADES.

Ella emerge y se sumerge desde sí misma como una ninfa de ensueño. Cada vez saca una forma nueva que encanta y perturba: una cabellera abundante que la envuelve y transporta, un cuerpo que va y viene en el espacio de fuego que la circunda. Esta mujer oculta su sombra en la luna del espejo, el que disimula apretando duro en la mano. El mismo que guarda y extrae de un pequeño bolso de colores inmarchitables. Contiene cosas sencillas como son su libertad y su refugio. Cosa de mujeres, dirá.

KAFKA

Se puede creer en muchas cosas, dijo. Siempre será tu decisión. Hablo por mí. Si hay algo en lo que creo es en la música que escucho y en los libros que leo. Lo demás pertenece al desorden, al caos. Entonces Kafka se alejó volando sin ruido  por la claridad infinita de la ventana. RICARDO FIGUEROA/LaMáquina-deEscribir/ Autor.

SILENCIO

El que observa tiembla de frío. La tarde se disuelve en fragmentos inmemoriales. Vestida de lluvia y hojas desprendidas. Observo  y leo. Palabra y pensamiento edificando el silencio. Amanece. RICARDO FIGUEROA/ LaMáquina-deEscribir/ Autor.
Hay sueños recurrentes que devienen en pesadillas. Hubo noches que soñé siempre lo mismo, con la misma exactitud e idénticas circunstancias. Instalado en un tiempo que es todos los tiempos desde que tengo memoria. Pedazos de historias puestas en un espacio-cárcel de la que parezco no salir nunca. Hay ventanas imposibles, puertas intransferibles, techos rasgados y polvorientos donde vuelan murciélagos, pisos rotos que muestran fondos oscuros llenos de bichos, camas frías, desordenadas, con restos de comida desperdigados entre las cobijas, mesas a punto de perder su equilibrio por falta de una pieza faltante en su estructura, cajas de cartón llenas de ropa vieja, olorosa a humedad: pienso que un mal espíritu obra en contra de mi voluntad, soy su cautivo, su próxima víctima antes de perder la razón. En muchos sitios donde estuvimos vi un fragmento, un anticipo de esta cruel pesadilla. Digamos que Timbio fue el origen de un desajuste emocional que hasta ahora me acompaña. Esta podría